Hace tiempo que me metieron en la cabeza serias dudas acerca del agua potable que nos llega por el grifo, su contenido y sus repercusiones en nuestra salud.
Mi marido, ingeniero, ha trabajado con varias plantas depuradoras y cuando me explicó el proceso de potabilización dejé de usar agua del grifo por mucho tiempo.
Mi padre, ingeniero químico, me habló muchas veces de la toxicidad del cloro y la conveniencia de mantenerme alejada de éste y especialmente de sus vapores.
Frecuentemente he leído acerca de los contenidos en plomo y metales pesados en el agua corriente. Hace tres años descubrí horrorizada que las tuberías de mi casa, en la que llevo viviendo, bebiendo y cocinando toda mi vida, son de plomo.
Hoy recibo un artículo a través de la asociación contra cáncer de mama, en el que una eminencia, Manolis Kogevinas, nos habla de los peligros en el agua corriente, y de cómo ningún poder público toma medidas al respecto. Os adjunto el enlace a otro artículo anterior, no tiene pérdida:
A veces oigo comentarios del tipo "Prefiero no saberlo, huy qué miedo, total da lo mismo, de algo hay que morir, etc" Puedo entenderlo si hablamos de contaminación industrial o minera, o cosas fuera de nuestro alcance, pero me parece irresponsable no aprovechar una información sobre salud, siempre que la prevención esté a nuestro alcance, como en este caso.
No beber agua del grifo y no bañarnos en piscinas cloradas no es tan difícil. ¿No?
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